El sector de la agricultura se ve amenazado por el cambio climático y la falta de agua. Las empresas especializadas en conseguir que los cultivos al aire libre sean más eficientes ganan importancia según las condiciones meteorológicas se van recrudeciendo. Es el caso de las tecnologías de ahorro de agua y fertilizantes.
“La agroindustria demanda la optimización del riego de los cultivos y sacar el mayor rendimiento con el mínimo consumo de agua y energía. Por eso, estamos especializados en las instalaciones integrales de riego, desde balsas hasta bombeo, automatización y telecontrol”, dice Manuel Soler, director técnico de Agrosolmen.

“En un ciclo de lechuga, con una instalación correctamente diseñada y automatizada, unida a un excelente manejo agronómico, apoyado en la sensorización y las TIC, se puede llegar a reducir el consumo habitual de 3.000 m³/ha y ciclo hasta el orden de 1.200-1.500 m³/ha y ciclo. Es decir, en un ciclo de lechuga podemos tener ahorros de agua superiores al 50%. En general, un buen sistema de riego eficiente y bien manejado puede conseguir fácilmente ahorros de agua en torno al 30%”, señala el directivo.
“Trabajamos del orden de unos 150 proyectos al año y tenemos unos mil clientes, sobre todo en territorio nacional. Nuestro fuerte es la dotación de sistemas de riego eficientes, modulares y flexibles en explotaciones de hortalizas a campo abierto, como el brócoli, melón, lechuga, sandía, alcachofa o coliflor”.
“Solo un 30% de abonado nitrogenado”
“Una de las soluciones más novedosas que trabajamos es la tecnología EBD (Environmental Balance Device). Se trata de un dispositivo que alberga una combinación de minerales cuya cristalización canaliza la energía suficiente para crear un ambiente más saludable para los microorganismos autóctonos del suelo”, comenta Soler.
“Al mejorar su ambiente y proliferar en cantidad, los microrganismos se alimentan de los patógenos y contaminantes, llegando a descontaminar balsas o suelos. Además, se optimiza el aprovechamiento de la materia orgánica como nutriente de las plantas”.
Esta tecnología EBD “acelera el proceso natural de descontaminación porque le damos un ambiente más sano a los microrganismos, ellos solos aumentan su población y descontaminan más. Hemos comprobado que los cultivos se desarrollan mejor y tienen menos problemas sanitarios”, explica el responsable.

Por otro lado, “conseguimos fomentar la actividad de los microrganismos en el suelo aportando solo un 30% de abonado nitrogenado del necesario habitualmente. Podemos ahorrar productos químicos y gasto energético, mejorar el ambiente, el ecosistema agrícola, reducir uso de tractores, empleo de químicos. El medio ambiente se ve muy favorecido, en definitiva”.
En esta línea, el directivo explica que “fomentar la actividad de los microrganismos ahorraría los fertilizantes del suelo. La misma actividad que hay en él puede proliferar y ahorrar químicos. Sin duda, los agricultores de Murcia están muy capacitados para trabajar con los escasos recursos que tienen y buscan que su suelo esté lo más sano posible”.
“Para las investigaciones hemos pedido apoyo a la Administración pública y esperamos tener una respuesta positiva, pero todavía estamos en la parte burocrática, que es bastante extensa. Creemos que las ayudas en la optimización del agua y ahorro de recursos químicos y energéticos es el único camino a seguir en la agroindustria, si queremos mantenerla”, opina el responsable.
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Manuel Soler
Director técnico